Comer, rezar, amar

Titulo: Comer, rezar, amar
Autor: Elizabeth Gilbert
Año: 2006 (2010)
Traducido por: Gabriela Bustelo

Editorial: Suma de Letras
Temática: Biografía e Historias Reales
Páginas: 496
ISBN: 978-84-8365-966-3

Sinopsis: Después de un divorcio traumático seguido de un desengaño amoroso y en plena crisis emocional y espiritual, Elizabeth Gilbert decide empezar de nuevo y emprende un largo viaje que la llevará sucesivamente a Italia, la India e Indonesia, tres escalas geográficas que se corresponden con otras tantas etapas de búsqueda interior. Lúcida y valiente novela autobiográfica que ha sido un gran éxito de ventas desde su publicación en Estados Unidos, Come, reza, ama trata de lo que ocurre cuando decidimos ser artífices de nuestra felicidad y dejamos de intentar vivir según los modelos que nos imponen.

• Al viajar por India —sobre todo por los lugares sagrados y ashrams— se ve mucha gente con abalorios colgados del cuello.
• Ojalá Giovanni me besara.
• En la penumbra de las titilantes velas del café romano era imposible saber de quién eran las manos que acariciaban...
• Lo único que me parecía tan impensable como irme era quedarme.
• Lo único que quería era salvar la vida.
• un silencio tan extraordinario que no me atrevía a soltar aire por la boca, no fuera a asustarlo.
• ¿Cómo se negocia después de haberlo ofrecido todo?
• él aún era mi héroe romántico y yo aún era su sueño viviente.
• correr por el campo cogidos de la mano bajo la tenue luz dorada del crepúsculo.
• Dios nunca te da un portazo en la cara sin regalarte una caja de galletas de consolación
• Mi corazón dio un vuelco, tropezó y cayó de culo.
• Estar con cuatro pies en la tierra, una cabeza hecha de follaje, mirando el mundo con el corazón...
• Lo primero que comí en Roma no fue nada del otro mundo.
• Aun así, pese a todo ello, viajar es el gran amor de mi vida.
• Aquí estoy. Te quiero. Me da igual que te pases toda la noche llorando. Me quedaré contigo.
• La belleza de no hacer nada es la meta de todo tu trabajo, el logro final por el que más te felicitan.
• lo importante no es ser rico, sino tener el talento de saber ser feliz.
• la tristeza profunda a veces es casi como un lugar geográfico, como unas coordenadas en el mapa del tiempo.
• una oficina de correos no es un asunto del todo humano, sino que depende del destino,
• —No te disculpes por llorar. Sin sentimientos, no somos más que robots —me dice,
• «Hablar es tan sencillo como comer».
• en Roma a dar vueltas, noventa por ciento perdida y cien por ciento feliz,
• nueve meses de viaje en los que podré dedicarme a comer y leer y rezar y escribir.
• —No te preocupes —me dice Linda animadamente—. Es el Diablo, que le suenan las tripas.
• —Vuestras lágrimas son mis oraciones.
• uno puede fiarse sólo de lo que percibe a través de los sentidos, y ésa es la explicación de que Italia sea el país más sensual del mundo.
• Te han dado la vida y tienes la obligación (y el derecho, como ser humano que eres) de hallar la belleza de la vida por mínima que sea.
• «El deseo es el fallo del diseño»
• la vida humana es una oportunidad singular,
• si vienes al ashram sólo te pasa una cosa: que descubres quién eres de verdad.
• Nos mecemos como algas en las oscuras aguas de la noche.
• arrastrándolo por los cielos en una gigantesca red de pesca, rebosante de destinos ignorados.
• Al fin y al cabo somos lo que pensamos. Los sentimientos son esclavos de los pensamientos y uno es esclavo de sus sentimientos.
• El único lugar donde la mente puede hallar la paz es en el silencio del corazón. Ahí es adonde tienes que ir».
• un yogui inexperto podría volarse la cabeza con ella literalmente.
• al buscar efectos especiales en mi cuerpo, lo único que noté fue que tenía un poco de hambre, como siempre.
• Aquí estoy. No hay ningún problema. Te quiero. Nunca te abandonaré...
• —No me estoy riendo —le dije, llorando—.
• un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida.
• hacerte ver tus obstáculos y adicciones, romperte el corazón para que te entrara la luz y desesperarte
• Quería tirar de un freno de emergencia para parar el universo, como los frenos que había visto al ir en metro en Nueva York.
• no vemos nuestro reflejo en el agua en movimiento, sino en el agua quieta.
• La fe es caminar —de frente y a toda velocidad— hacia las tinieblas.
• aprender a seleccionar tus pensamientos, igual que eliges la ropa que te vas a poner todos los días.
• Las metáforas de la vida son las instrucciones de Dios.
• Acabas de subir a lo más alto del tejado. No hay nada que te separe del infinito.
• Ahora puedes bajar y empezar a vivir el resto de tu vida.
• un fontanero/poeta para arreglar todas las roturas de nuestro sistema emocional.
• el silencio es la única religión verdadera.
• Es un lugar donde todo es posible.
• esta búsqueda de la felicidad divina es el gran objetivo de nuestra vida.
• Y si hay que venir a India y pasar una noche besando árboles a la luz de la luna, ¿qué más da?
• Puedes llamar a la buena energía con una sonrisa. Hemos acabado hoy. Hasta luego, cocodrilo.
• Veo las nubes rosas reflejadas en el agua embalsada de los arrozales y es como si hubiera dos cielos,
• Cualquiera de nosotros llegaríamos a los 105 años con una dieta como la suya.
• Los ingredientes de la oscuridad y los de la luz están presentes en todos nosotros
• las cuatro virtudes necesarias para hallar la serenidad y la felicidad: inteligencia, amistad, fuerza y poesía
• También rezo para que no me atropelle un autobús ni me ataque un mono
• la felicidad es un golpe de suerte, casi como el buen tiempo,
• El final es el mismo, así que mejor si el viaje es feliz.
• deslizarse por el agua como cremalleras que abren un vestido azul océano por la espalda.
• Perder el equilibrio por el amor a veces es parte de una vida equilibrada.
• me estoy enamorando y eso siempre hace que el mundo parezca maravilloso por absurda que sea la realidad.
• «¿Miedo? ¿Y qué más da?» y me bajé sola en la isla.
• toda la tristeza de la vida humana la producen las palabras, pero toda la alegría también.
• a mí no me ha salvado ningún príncipe; de mi rescate me he encargado yo sola.
• Curiosamente, el único idioma romántico que Felipe no habla es el italiano. Pero se lo digo de todas formas, justo cuando vamos a saltar al agua.
  —Attraversiamo —le digo.
  Crucemos al otro lado.

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Un novela sobre un viaje místico, enriquecedor y espiritual, en busca del equilibrio entre la devoción y el placer.

2/5

Lo mejor: Comer en Italia; las instrucciones del fontanero poeta.

Lo peor: Solo para "yoguis".

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