31 de octubre de 2013

Cementerio de animales

Titulo: Cementerio de animales
Autor: Stephen King
Año: 1983 (2012)
Traducido por: Ana M.ª de la Fuente

Editorial: Plaza & Janés
Temática: Cuentos de Terror y Fantasmas
Páginas: 488
ISBN: 978-84-01-35393-2

Sinopsis: Louis lo había comprobado: el gato estaba muerto, y por eso lo había enterrado. Aun así, incomprensiblemente, el gato había vuelto a casa. Church estaba allí otra vez, como Louis Creed temía y deseaba. Porque su hijita Ellie le había encomendado que cuidara del gato, y Church había muerto atropellado. Louis lo había comprobado: el gato estaba muerto, incluso lo había enterrado más allá del cementerio de animales. Sin embargo, Chruch había regresado, y sus ojos eran más crueles y perversos que antes. Pero volvía a estar allí y Ellie no lo lamentaría. Louis Creed sí lo lamentaría. Porque más allá del cementerio de animales, más allá de la valla de troncos que nadie se atrevía a traspasar, más allá de los cuarenta y cinco escalones, el maligno poder del antiguo cementerio indio le reclamaba con macabra avidez...

  • Louis Creed, que se quedó sin padre a los tres años y no conoció a sus abuelos, no esperaba encontrar a un padre a los treinta y tanto años, pero esto fue exactamente lo que ocurrió...
  • Las casas extrañas me dan escalofríos.
    –Pronto dejará de ser una casa extraña –dijo Louis, dándole un beso.
  • La brasa del cigarrillo brillaba, fosforescente, como una luciérnaga grande y apacible.
  • El que miente al hablar de cerveza se hace enemigos.
  • No todos los mayores de por aquí saben que existe, muchos sí, pero no todos, quiá. Pero los críos sí, ya lo creo.
    –¿Ellos saben adónde lleva?
    –Sí; al cementerio de animales.
  • Cuando un buen animal es atropellado en la carretera, eso a un chaval no se le olvida.
  • Esto es como otras muchas cosas de la vida, Ellie: si te mantienes en el camino, todo va bien; pero, a la que te sales, como no tengas suerte, te pierdes.
  • A Louis le parecían el esqueleto de un monstruo muerto hacía mucho tiempo por un caballero andante. Los huesos de un dragón gigantesco abandonados allí, en un primitivo monumento funerario.
  • –Papá, ¿por qué los animales no viven tanto como la gente?
  • Los gatos vivían peligrosamente y muchos tenían una muerte violenta, casi siempre, fuera del alcance de la vista de los humanos.
  • ¡Yo no quiero que Church se muera! ¡Es mi gato! ¡No es el gato de Dios!
  • El horror se había traducido en palabras.
  • El gato no va a morir, aquí no va a morir nadie.
  • En aquellos tiempos no necesitabas matricularte en la universidad para estudiar lo que es la muerte. Ella se te metía en casa, te saludaba, se sentaba a cenar contigo y hasta sentías su dentellada en el trasero.
  • Era una auténtica adivinanza como la de, ¿quién corta el pelo al barbero del pueblo?
  • –Church estaba hecho un ovillo entre los arañados tobillos de Ellie, muerto para el mundo–. Perdona, es metáfora.
  • Pet Sematary (tenía gracia cómo se te grababan en la mente las faltas de ortografía, hasta hacérsete más familiares que la forma correcta)
  • Sintió un vértigo de terror y se le erizó el vello. Era como si la piel de los brazos y del vientre se deslizara arriba y abajo, en olas...
  • «No es un cementerio de verdad.»
  • El horror traspasó el cuerpo de Louis atenazándole el corazón con unos dedos helados.
  • Y se quedó profundamente dormido, como si hubiera caído por un agujero. Y sin soñar.
  • Entonces salió la luna de detrás de una nube, inundando la habitación de una luz fría y pálida, y Louis vio a Victor Pascow en la puerta.
  • Los muertos no vuelven; fisiológicamente es imposible.
  • Entonces sintió miedo. Se le metía por todos los huecos del cuerpo y los llenaba de un humo sucio.
  • Llegaron al claro y la luna volvió a salir de su arrecife de nubes, inundando el cementerio de una claridad fantasmal.
  • Sintió algo frío en la cara y se dio cuenta de que estaba llorando de terror.
  • Al parecer, el sueño es un lago del que cuesta más salir que entrar.
  • puedes hablar de ello una noche con los amigos, alrededor de una hoguera de campamento, cuando sople el viento y salgan a relucir hechos inexplicables.
  • Sólo los niños dicen toda la verdad. Por algo son niños.
  • ninguna ocasión es buena para abusar de la amistad.
  • –Papi, tengo miedo –susurró ella.
  • «Sólo un sueñecito», pensó, y se quedó profundamente dormido.
    Le despertó el timbre del teléfono.
  • –¿Qué disgusto, Jud?
    –Bueno, hay un gato muerto en nuestro jardín –dijo Jud–. Parece el de tu hija.
  • El paisaje tenía un aspecto tétrico. El último resplandor de ocaso era una extraña franja anaranjada en el horizonte, al otro lado del río.
  • Enterraría a Church arriba, en Pet Sematary, pero sin estela ni bobadas.
  • Parecían carentes de sentido en medio del ulular del viento y bajo aquel dosel de estrellas centelleantes.
  • Louis levantó la mirada y vio parpadear las estrellas entre las copas oscuras de los abetos.
  • Una sombra cruzó el sendero y la luz se reflejó fugazmente en unos ojos verdosos.
  • Levantó la mirada y vio millones de estrellas, luces frías en la oscuridad. Nunca en la vida las estrellas le habían hecho sentirse tan pequeño, infinitesimal, insignificante.
  • A veces uno tiene que hacer lo que cree que es justo. Lo que el corazón le dice que es justo.
  • El fondo del corazón del hombre es árido, Louis, como el suelo de ese viejo cementerio micmac de ahí arriba. Es casi roca viva. El hombre cultiva lo que puede..., y lo cuida.
  • –¿Cómo está Church, papi? ¿Me echa de menos?
  • Dio un paso atrás y se quedó mirando al animal. Church hacía ruido al masticar. ¿Siempre había comido así?
  • «El gato ha vuelto. ¿Y qué? Pues nada.»
  • ¿No decían que los gatos tienen siete vidas?
  • Church se quedó mirándolo un momento –Dios, los ojos no parecían los mismos.
  • ha sido como asomarse a un espejo que está colocado frente a otro espejo y verse proyectado por un interminable corredor.
  • a veces es preferible la muerte
  • dicen que querer es poder, y por lo que respecta a ese cementerio, creo que es verdad.
  • Tal vez aprenda algo sobre el carácter de la muerte, que es allí donde termina el dolor y empiezan los buenos recuerdos. Que no es el final de la vida, sino el final del dolor.
  • Y eso de devolver la vida a los muertos es pisarle el terreno a Dios, ¿no?
  • «¿Dónde estará ese jodido gato?»
  • estaba asustado, tontamente asustado sin saber por qué, como cuando una nube cubre de pronto el sol y oyes un crujido que no sabes de dónde viene.
  • ya estaba pensando que iba a pasar la noche en vela cuando se quedó dormido. Se durmió de lado, incómodo en la cama auxiliar, pero cuando despertó estaba...
  • Louis abrió los ojos y vio ante sí los amarillentos ojos de Church.
  • –Eso es la fe. Tú confías en que seguirá aquí. Yo también. Tener fe es creer que va a pasar lo que tú imaginas.
  • Tal vez sea distinto para cada cual. Tal vez sea lo que cada uno creyó que sería durante toda su vida.
  • «Porque el hombre (y la mujer) son como las flores del valle, que hoy se abren y mañana son echadas al fuego: la vida del hombre es sólo una estación, que llega y pasa.»
  • El pasado se reducía a unas asas que había que agarrar de vez en cuando y luego soltar.
  • Pero el tiempo pasa, encargándose de soldar entre sí los distintos estados de ánimo como una especie de arco iris. La pena aguda va haciéndose más roma, se convierte en añoranza y la añoranza, en recuerdo...
  • –¡La cometa vuela, papi! –chilló Gage.
    –¡Mira cómo sube! –gritó Louis a su vez, riendo entusiasmado.
  • Louis, como hacía de niño, se alzó en espíritu hacia la cometa, fundiéndose con ella y contempló la verdadera faz del mundo,
  • Le pareció que se achicaba hasta caber dentro del pequeño cuerpo de Gage y que podía mirar por los ojos del niño aquel mundo inmenso y luminoso,
  • Y tal vez la incógnita más estremecedora sea cuánto horror puede soportar la mente humana sin perder la facultad de lúcido raciocinio.
  • Irwin Goldman estaba decidido a ver a su hija y ni todos los perros del infierno le impedirían acudir a su lado en sus momentos de dolor, dijo.
  • –Quiero que sepas, Ellie, que si seguimos queriéndonos podremos resistirlo.
  • Cuando deja de doler, deja de importar.
  • Church no se había convertido en un Frankengato.
  • Como en una novela de vampiros y fantasmas. Vamos ya, en el nombre de Dios, ¿qué es lo que estás pensando?
  • «Lo haces porque es algo que se apodera de ti. Lo haces porque ese cementerio es un lugar secreto, y tú quieres compartir el secreto... Te inventas razones..., parecen buenas razones..., pero en realidad lo haces porque quieres. O porque no tienes más remedio.»
  • –Pensando en el diablo, te lo encuentras en la puerta –dijo Louis con voz ronca.
  • Acabo de llevarme el mayor susto de mi vida, y no quiero decir ni una palabra más –responde ella–. Y no se lo diré a Brian, ni a mi madre, ni a nadie. Cuando suba al cielo, si Jesús me pregunta, tal vez a Él se lo cuente. Pero no estoy segura.
  • Hacía calor, un calor infernal, y el sol era como un barreño de sangre que cayera por detrás de las nubes.
  • Pero, en todos aquellos hombres, también había cosas buenas. Y eso es lo que la gente suele olvidar.
  • Había llorado en sueños, la almohada estaba húmeda. Porque, mientras soñaba, una parte de él sabía la verdad y lloraba.
  • haría cualquier cosa con tal de tener una segunda oportunidad. Cualquier cosa.
  • Resurrección..., ah, toda una palabra
    (que tú deberías olvidar cuanto antes, y bien lo sabes).
  • Louis, ¿qué haces aquí? Estás contemplando un camino que no debes recorrer.
  • los círculos concéntricos indican una espiral que conduce no a un punto, sino al infinito: el orden que surge del caos o el caos, del orden, según lo enfoques.
  • Church no llegó a estar muerto, sino sólo conmocionado y que, al despertar, había salido del hoyo escarbando y vuelto a casa. Un cuento con ribetes de terror.
  • Yo no pensaba que pudiera haber una pena tan grande, que te ataca una vez, y otra. Y duele tanto, Louis, porque no descansas ni mientras duermes, porque entonces lo sueñas.
  • En lugar de tratar de abrir una puerta que se había cerrado, daría dos vueltas a la cerradura y tiraría la llave.
  • Él tardó mucho rato en dormirse. Aún estaba despierto cuando asomó por la ventana el hueso curvado de la luna.
  • La voz era como un jirón de niebla que surgiera de un sepulcro abierto.
  • Ya había oscurecido. Los faros de los automóviles parecían dedos que palparan las sombras.
  • En otras palabras, mañana haré lo que hubiera podido hacer hoy, de haber sido más listo.
  • Era como un astronauta que, durante un paseo espacial, se hubiera desligado de la cápsula y flotara en una inmensa negrura, con los minutos contados.
  • Aquel sonido siempre hacía pensar a Jud en voces muertas que suspiraran a coro o tal vez cantaran algo que la distancia no dejaba oír–.
  • Al principio, el dolor está dormido, pero notas su presencia; está agazapado como un gato, dispuesto a saltar sobre ti.
  • «Este trecho que viene ahora es como los troncos; tienes que andar con paso firme y seguro. Sígueme y no mires abajo.»
  • «La fe es aceptar la gravedad como un postulado»
  • Si ves alguna cosa que te molesta, no tienes más que mirar para otro lado.
  • Levantó una vez la cabeza y vio un gran revoltijo de estrellas.
  • Además –argumentó–, aún puede salir bien; no hay ganancia sin riesgo, y, quizá, ni riesgo sin amor.
  • Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno.
  • «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo.
  • Lo que tú adquieres te pertenece y lo que te pertenece acaba siempre por volver a ti.
  • Cuando te descuidas y tardas más de la cuenta en ahuyentar lo que viene a llamar a tu puerta en plena noche, lo que te encuentras es esto: la oscuridad total.
  • Todos los caminos llevan a algún sitio.
  • Desde la última vez que vio a Louis Creed hasta el día de su marcha hacia el Medio Oeste, Steve no volvió a la ciudad de Ludlow.

5 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de leer algo más de Stephen King. He leído La cúpula y me gusto muchísimo.
    Besos, Cassia

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  2. Aunque he escuchado muchas cosas sobre Stephen King, aun no he leído ninguno de sus libros, pero creo que el que más papeletas tiene para ser el primero es la cúpula:)
    Un beso!

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  3. Hola ^-^
    La verdad es que no he leído nada de Stephen King pero tengo muchas ganas de hacerlo, así que empezaré con este libro y a ver que tal, ya que me llama mucho la atención.
    Un beso enorme :D

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  4. Lo que me gustó este libro, gracias por la entrada^^

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  5. me encanta simplemente, tercer libro que leo Stephen King

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