20 de mayo de 2013

Bajo la misma estrella

Titulo: Bajo la misma estrella
Autor: John Green 
Año: 2012 (2012)
Traducido por: Noemí Sobregués Arias

Editorial: Nube de Tinta
Temática: Ficción Moderna y Contemporánea
Páginas: 304
ISBN: 978-84-15594-04-8

Sinopsis: Emotiva, irónica y afilada. Una novela teñida de humor y de tragedia que habla de nuestra capacidad para soñar incluso en las circunstancias más difíciles. A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más corrientes. Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y Gus son solo adolescentes, pero si algo les ha enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para lamentaciones, porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora. Y por ello, con la intención de hacer realidad el mayor deseo de Hazel - conocer a su escritor favorito -, cruzarán juntos el Atlántico para vivir una aventura contrarreloj, tan catártica como desgarradora. Destino: Amsterdam, el lugar donde reside el enigmático y malhumorado escritor, la única persona que tal vez pueda ayudarles a ordenar las piezas del enorme puzle del que forman parte...

  • A finales del invierno de mi decimoséptimo año de vida, mi madre llegó a la conclusión de que estaba deprimida, seguramente porque apenas salía de casa, pasaba mucho tiempo en la cama, leía el mismo libro una y otra vez, casi nunca comía y dedicaba buena parte de mi abundante tiempo libre a pensar en la muerte.
  • Hazel, te mereces una vida.
  • Solo hay una cosa en el mundo más jodida que tener cáncer a los dieciséis años, y es tener un hijo con cáncer.
  • —¡Haz amigos! —exclamó por la ventanilla mientras me alejaba.
  • «Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que puedo cambiar y sabiduría para entender la diferencia».
  • —¿Y cómo estás? —le preguntó Patrick.
    —Muy bien. —Esbozó una sonrisa torcida—. Estoy en una montaña rusa que no hace más que subir, amigo mío.
  • —Augustus, quizá te gustaría compartir tus miedos con el grupo.
    —¿Mis miedos?
    —Sí.
    —Me da miedo el olvido. —Habló sin pensárselo un segundo—. Lo temo como el ciego al que le da miedo la oscuridad.
  • —Llegará un día en que todos nosotros estaremos muertos —dije—. Todos nosotros. Llegará un día en que no quedará un ser humano que recuerde que alguna vez existió alguien o que alguna vez nuestra especie hizo algo. No quedará nadie que recuerde a Aristóteles o a Cleopatra, por no hablar de vosotros. Todo lo que hemos hecho, construido, escrito, pensado y descubierto será olvidado, y todo esto —continué, señalando a mi alrededor— habrá existido para nada. Quizá ese día llegue pronto o quizá tarde millones de años, pero, aunque sobrevivamos al desmoronamiento del sol, no sobreviviremos para siempre. Hubo tiempo antes de que los organismos tuvieran conciencia de sí mismos, y habrá tiempo después. Y si te preocupa que sea inevitable que el hombre caiga en el olvido, te aconsejo que ni lo pienses.
  • Un dolor imperial, el libro que yo consideraba la Biblia.
  • —HOY ES EL MEJOR DÍA DE NUESTRA VIDA—
  • —¿Por qué me miras así?
    Augustus esbozó una media sonrisa.
    —Porque eres guapa. Me gusta mirar a las personas guapas, y hace un tiempo decidí no privarme de los sencillos placeres de la vida.
  • La brisa primaveral era algo fresca, y la luz del atardecer, de una delicadeza divina.
  • —¿Qué es eso de «siempre»?
    El ruido de lametones aumentó de volumen.
    —«Siempre» es su rollo. Siempre se querrán y esas cosas.
  • Estoy intentando contemplar el amor juvenil en todo su torpe esplendor.
  • —Los cigarrillos no te matan si no los enciendes —me dijo mientras mi madre se acercaba al bordillo—. Y nunca he encendido ninguno. Mira, es una metáfora: te colocas el arma asesina entre los dientes, pero no le concedes el poder de matarte.
  • Lo seguí hasta la casa. En la entrada había una placa con la inscripción «El hogar está donde está el corazón»,
  • «Es difícil encontrar buenos amigos, e imposible olvidarlos»
  • «El amor verdadero nace de los tiempos difíciles»
  • «La familia es para siempre»
  • En los días más oscuros el Señor te pone en el camino a las mejores personas.
  • Me gustaba que fuera profesor titular en el Departamento de Sonrisas Ligeramente Torcidas y que compaginara ese puesto con el de profesor del Departamento de Voces Que Hacen Que Mi Piel Se Sienta Piel.
  • —Cuéntame tu historia —me pidió mientras se sentaba a mi lado, a una distancia prudente.
    —Ya te he contado mi historia. Me diagnosticaron cáncer cuando...
    —No, no la historia de tu cáncer. Tu historia. Lo que te interesa, tus aficiones, tus pasiones, tus manías, etcétera.
  • —Soy bastante normal.
    —Me niego rotundamente.
  • Algunas veces lees un libro, sientes un extraño afán evangelizador y estás convencido de que este desastrado mundo no se recuperará hasta que todos los seres humanos lo lean. Y luego están los libros como Un dolor imperial, de los que no puedes hablar con nadie, libros tan especiales, escasos y tuyos que revelar el cariño que les tienes parece una traición.
  • «Sin dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?».
  • —¿Mañana? —me preguntó.
    —Paciencia, saltamontes —le aconsejé—. No querrás parecer ansioso...
    —No, por eso te he dicho mañana —me contestó—. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
  • Bueno, ha llegado el momento de plantarle cara al día, jovencita.
  • Pero no es un libro sobre el cáncer, porque los libros sobre el cáncer son una mierda.
  • aquella interrupción en mitad de la frase reflejaba cómo termina la vida realmente,
  • Dime que al libro le faltan las últimas veinte páginas.
    Hazel Grace, dime que no he llegado al final del libro.
  • Sus lágrimas parecían un silencioso metrónomo, constante e infinito.
  • El amor es mantener las promesas pase lo que pase. ¿No crees en el amor verdadero?
  • Me tumbé en la hierba, en un extremo del patio, observé Orión, la única constelación que distinguía, y lo llamé.
  • Te mueres en medio de la vida, en mitad de una frase.
  • Su libro me cuenta lo que estoy sintiendo incluso antes de que lo sienta, y lo he releído muchísimas veces.
  • —Sí. Me voy a dormir. Es casi la una.
    —Bien —le contesté.
    —Bien —me respondió.

    Me dio la risa tonta y repetí «Bien». La línea se quedó en silencio, pero no se cortó. Casi sentía que estaba en la habitación conmigo, pero mejor, porque ni yo estaba en mi habitación ni él en la suya, sino que estábamos juntos en algún lugar invisible e indeterminado al que solo podía llegarse por teléfono.
    —Bien —dijo después de una eternidad—. Quizá «bien» será nuestro «siempre».
    —Bien —añadí.
  • Creo que no todo el mundo puede conservar sus ojos, o no ponerse enfermo, o lo que sea, pero todo el mundo debería tener amor verdadero, y debería durar como mínimo toda la vida.
  • —¿No te corresponde un deseo?
  • los auténticos héroes de la fábrica de los deseos son los jóvenes que esperan,
  • —Tengo problemas con un chico —le dije.
    —FANTÁSTICO —me respondió Kaitlyn.
  • —Bah, ya lo he superado. Me bastó con una caja de galletas de chocolate y menta, y cuarenta minutos para superar a ese chico.
  • «Todos te echamos mucho de menos. No te olvidamos. Es como si hubiéramos salido todos heridos de tu batalla, Caroline. Te echo de menos. Te quiero.»
  • todos aquellos pensamientos eran momentos perdidos en una vida que, por definición, está formada por una cantidad finita de momentos. Incluso intenté decirme a mí misma que aquel sería el mejor día de mi vida.
  • —Hazel —me dijo mi madre—, ¿estás en la luna?
    —No, estoy pensando, supongo —le contesté.
    —Estás enamorada —dijo mi padre sonriendo.
  • —Cariño —me interrumpió mi madre—, ¿qué te pasa?
    —Que soy como... como una granada, mamá. Soy una granada, y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de víctimas posible, ¿vale?
  • No siempre se consigue lo que se quiere.
    —¿En serio? —me preguntó—. Siempre había pensado que el mundo era una gran fábrica de conceder deseos.
  • Si ella estuviera mejor, o usted más enfermo, las estrellas no se habrían cruzado de forma tan terrible, pero la naturaleza de las estrellas es cruzarse, y nunca Shakespeare se equivocó tanto como cuando hizo decir a Casio: «La culpa, querido Bruto, no la tienen nuestras estrellas / sino nosotros». Es muy fácil decirlo cuando eres un noble romano (o Shakespeare), pero nuestras estrellas tienen no poca culpa de lo que nos sucede.
  • Estoy divagando, pero el problema es el siguiente: a los muertos solo se les ve con el terrible ojo sin párpado de la memoria.
  • Pensé que sonaba como un dragón que respirara a la vez que yo, como si tuviera por mascota a un dragón que se acurrucaba a mi lado y me quería tanto que sincronizaba su respiración con la mía.
  • Los dos pequeños columpios estaban ahí, abandonados, todavía colgando tristemente de una plancha de madera enmohecida y con los asientos en forma de sonrisa dibujada por un niño.
  • —Gracias por venir.
    —Ya ves que intentar mantener las distancias conmigo no va a cambiar mis sentimientos.
    —Lo imagino —le contesté.
    —Todos tus esfuerzos por salvarme de ti fracasarán.
  • —Columpios desesperadamente solos buscan un hogar feliz —dijo él.
  • Estás tan ocupada siento tú que no tienes ni idea de lo absolutamente original que eres.
  • Todo es frágil y efímero, querido lector, pero con estos columpios tus hijos aprenderán a familiarizarse con las subidas y bajadas de la vida humana poco a poco y sin peligro, y aprenderán también la lección más importante de todas: por mucho impulso que te des, por muy alto que llegues, no puedes dar una vuelta entera.
  • Mientras leía, sentí que me enamoraba de él como cuando sientes que estás quedándote dormida: primero lentamente, y de repente de golpe.
  • ¿Sigues libre el 3 de mayo? :-)
    Me contestó inmediatamente:
    Estoy ya en las nubes.
  • «PORQUE ES MI VIDA, MAMÁ, Y ME PERTENECE».
  • el hecho de que sea físicamente evidente que estás enfermo te aleja de los demás.
  • sería genial volar en un avión superrápido que por un tiempo pudiera seguir el amanecer alrededor del mundo.
  • —Estoy enamorado de ti, y no me apetece privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorado de ti y sé que el amor es solo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que todos nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y sé que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorado de ti.
  • Amsterdam es como los anillos de un árbol: se hace más vieja a medida que te acercas al centro.
  • Algunos turistas creen que Amsterdam es la ciudad del pecado, pero en realidad es la ciudad de la libertad. Y en la libertad casi todos encuentran el pecado.
  • Los canales estaban flanqueados por olmos, de los que se desprendían semillas. Pero no parecían semillas. Parecían diminutos pétalos de rosa que hubieran perdido el color.
  • «Venid corriendo. Estoy degustando las estrellas».
  • Observamos el confeti descendiendo del cielo, saltando por el suelo empujado por la brisa y cayendo al canal.
    —Cuesta creer que a alguien pueda parecerle molesto —comentó Augustus.
    —La gente se acostumbra a la belleza.
    —Pues yo todavía no me he acostumbrado a ti —me contestó sonriendo.
  • «Las parejas bonitas son bonitas».
  • El sol era como un niño pequeño que se niega a irse a la cama. Eran las ocho y media pasadas y todavía había luz.
  • —¿Crees que hay vida después de la muerte?
  • —Sí —me dijo muy seguro—. Sin la menor duda. No un cielo en el que cabalgas sobre unicornios, tocas el arpa y vives en una mansión de nubes. Pero sí. Creo en Algo, con A mayúscula. Siempre lo he creído.
  • «El amanecer brilla en sus ojos, que se pierden». Creo que el sol del amanecer es Dios, la luz brilla y sus ojos se pierden, pero no están perdidos.
  • —Podría ser peor.
    —Podrías ser peor,
  • Son almas bondadosas y generosas que nos sirven de inspiración cada vez que respiran.
  • lo que define al hombre es su capacidad de maravillarse ante la majestuosidad de la creación.
  • ese sentimiento de entusiasmo y gratitud por el mero hecho de poder maravillarme ante las cosas.
  • —No quiero hacerte algo así nunca —le dije.
    —Bueno, no me importaría, Hazel Grace. Sería un privilegio que me rompieras el corazón.
  • —Los robots se reirán de nuestra valiente locura —dijo—. Pero algo en sus corazones de hierro anhelará haber vivido y haber muerto como nosotros, cumpliendo nuestra misión como héroes.
  • Nos besamos. Solté el carrito del oxígeno y le pasé la mano por la nuca, y él me alzó por la cintura hasta dejarme de puntillas. Cuando sus labios entreabiertos rozaron los míos, empecé a sentir que me faltaba la respiración, pero de una manera nueva y fascinante.
  • Él se apartó un poco, señaló un espejo y dijo:
    —Mira, infinitas Hazel.
    —Hay infinitos más grandes que otros infinitos —contesté arrastrando las palabras e imitando a Van Houten.
  • nos sentamos a la sombra de un enorme castaño y le contamos a mi madre nuestra visita al gran Peter van Houten. Se la contamos en plan divertido. Creo que en este mundo tienes que elegir cómo cuentas las historias tristes, y nosotros elegimos la versión divertida.
  • Gus señaló las sombras de las ramas, que se entrecruzaban y se separaban en el hormigón.
    —Bonito, ¿verdad?
    —Sí —le contesté.
    —Una buena metáfora —murmuró.
    —¿De qué? —le pregunté.
    —La imagen en negativo de cosas que el aire une y después separa —me dijo.
  • Aprietas los dientes. Miras al techo. Te dices a ti misma que si te ven llorando, sufrirán, y solo serás tristeza para ellos, y no debes convertirte en mera tristeza, así que no llorarás, y te dices todo esto a ti misma mirando al techo, y luego tragas saliva, aunque la garganta no la deja pasar, y miras a la persona que te quiere y sonríes.
  • —Hoy va... va... va a ser el mejor día de tu vida. Ahora esta es tu guerra.
  • —Estoy en una montaña rusa que no hace más que subir —me dijo.
    —Y para mí es un privilegio y una responsabilidad subir ese camino contigo —le contesté.
  • —¿Sería totalmente absurdo intentarlo?
    —No vamos a intentarlo —le dije—. Vamos a conseguirlo.
  • ¿Crees que todavía queda algo de magia en este mundo? No es más que moléculas sin alma rebotando entre sí al azar.
  • —La ignorancia es la felicidad —le dije.
  • «A veces parece que el universo quiere que lo observen».
  • Parecía una eternidad, como si hubiéramos estado juntos una breve pero infinita eternidad. Hay infinitos más grandes que otros infinitos.
  • —¿Para qué necesitas un público que te adore teniéndome a mí? —le pregunté.
  • El viento soplaba por encima de nuestras cabezas, y las sombras de las ramas se movían sobre nuestra piel. Gus me apretó la mano.
    —Me gusta esta vida, Hazel Grace.
  • su espíritu se elevó como un águila indomable hasta que el mundo no pudo albergar su feliz alma.
  • cuando los científicos del futuro se presenten en mi casa con ojos robot y me pidan que los pruebe, les contestaré que se vayan a tomar por culo, porque no quiero ver un mundo sin él.
  • Augustus Waters fue el fugaz gran amor de mi vida. La nuestra fue una historia de amor épica, y no profundizaré más en el tema para no hundirme en un mar de lágrimas.
  • —No puedo hablar de nuestra historia de amor, así que hablaré de matemáticas. No soy matemática, pero de algo estoy segura: entre el 0 y el 1 hay infinitos números. Están el 0,1, el 0,12, el 0,112 y toda una infinita colección de otros números. Por supuesto, entre el 0 y el 2 también hay una serie de números infinita, pero mayor, y entre el 0 y un millón. Hay infinitos más grandes que otros. Nos lo enseñó un escritor que nos gustaba. En estos días, a menudo siento que me fastidia que mi serie infinita sea tan breve. Quiero más números de los que seguramente obtendré, y quiero más números para Augustus de los que obtuvo. Pero, Gus, amor mío, no puedo expresar lo mucho que te agradezco nuestro pequeño infinito. No lo cambiaría por el mundo entero. Me has dado una eternidad en esos días contados, y te doy las gracias.
  • Te quiero, amigo.
  • —Te quiero en presente —susurré, y poniéndole la mano en el pecho le dije—: Está bien, Gus. Está bien. De verdad. Está bien, ¿me oyes?
  • Todas las células surgen de células. Toda célula nace de una célula anterior, que a su vez nació de otra célula anterior. La vida surge de la vida. La vida engendra vida que engendra vida que engendra vida que engendra vida.
  • «El dolor es como una tela: cuanto más fuerte es, más valor tiene».
  • —¿Y cómo ha sido? —me preguntó.
    —¿Que se muera tu novio? Pues una mierda.
    —No —me dijo—. Estar enamorada.
  • Eché de menos el futuro.
  • Se oía el viento entre las hojas, y en aquel viento viajaban los sueños de los niños que jugaban a lo lejos, los niños pequeños que descubrían la vida, que aprendían a correr por un mundo que no había sido creado para ellos corriendo por un parque infantil que sí había sido creado para ellos.
  • Todo lo que sé del cielo y de la muerte está en este parque: un elegante universo en incesante movimiento, lleno de ruinas deterioradas y de niños que gritan.
  • a casi todo el mundo le obsesiona dejar huella en el mundo. Dejar un legado. Sobrevivir a la muerte. Todos queremos que nos recuerden. Yo también.
  • las huellas que dejamos los hombres suelen ser cicatrices.
  • Mis pensamientos son estrellas con las que no puedo formar constelaciones.
  • En cualquier caso, los verdaderos héroes no son los que hacen cosas. Los verdaderos héroes son los que OBSERVAN las cosas, los que les prestan atención.
  • la cogía de la mano e intentaba imaginar el mundo sin nosotros, y por un segundo fui lo bastante buena persona para esperar que se muriera y así nunca llegara a enterarse de que yo me moría también. Pero después quise más tiempo para que pudiéramos enamorarnos. He conseguido mi deseo, supongo, y he dejado mi cicatriz.
  • ¿Qué más? Es preciosa. No te cansas de mirarla. No tienes que preocuparte de si es más inteligente que tú, porque sabes que lo es. Es divertida sin pretenderlo siquiera. La quiero. Tengo la inmensa suerte de quererla, Van Houten. No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí eliges quién te lo hace. Me gustan mis elecciones. Y espero que a ella le gusten las suyas.
    Me gustan, Augustus.
    Me gustan.


Una novela conmovedora, inolvidable, que combina con maestría temas como la esperanza, el dolor y el amor.
5/5
  • Lo mejor: La historia; los personajes; las metáforas; el final.
  • Lo peor: Nada.
  • ¿Os han gustado las frases?

    19 comentarios:

    1. Uffff, no. No creo que sea un libro adecuado para mí en este momento.
      Creo que lo dejo estar
      Besos

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    2. Ohhh! Eso es una señora reseña! Hubiese hecho lo mismo si no fuera por que el móvil no me dejó subrallar las frases que más me gustaron.
      Dicho queda, intentaré pasarme por estas tierras más a menudo. Me gusta lo que veo :)

      Nos leemos!!
      P.D.: Mil gracias por recordarme muchas de las frases que me gustaron ^^

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    3. POR MAS FICCION QUE SEA TE HACE SENTIR TAN REAL CADA UNA DE SUS FRASES.

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    4. Es muy real. Demasiado duro. Al principio creí que no me había afectado tanto este libro, sin embargo, estar semanas pensando una y otra vez acerca de él no corrobora mucho esa afirmación :')

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      1. necesito hablar con alguien , lo termine de leer y no puedo hablar con nadie ya q nadie leyo el libro, y me siento sola :(

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      2. el libro es demasiado bueno :) me enamoré, no sé si de la historia, del autor, de la vida, del amor, o de un amor q aún no conozco, pero me quedé enamorada.

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    5. Acabo de leerlo y la sensación de dolor y pérdida fue tan real, un libro simplemente maravilloso que nos enseña mucho de la vida y la muerte. He llorado como una magdalena y ojalá las cosas para los dos hubieran sido diferente pero el mundo no es una máquina de cumplir deseos

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    6. Acabo de leer este libro y se sintió horrible. Me encanto, pero he llorado toda la tarde. Creo que es uno de los pocos libros que ha marcado mi existencia en esta tierra, es hermoso.

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    7. Bajo la misma estrella fue el primer libro con el que llore. Quien pensaría que iba a llorar yo no pensé y llore pero sientes esa sensación horrible fue tan real leerlo, te demuestra la vida y la muerte y personas que se enamoran sabiendo que pueden morir en ese instante. Gus le dio a Hazel un Para siempre dentro de días numerados. Gus la amo pero no como un amor de adolescente mas fuerte. Ame su metáfora del cigarrillo y que el estaba consiente de su atractivo físico. Es un gran libro y se merece un gran aplauso.

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    8. Bueno este libro es genial... Cuando empezó a llamarme la atención, pensaba que la gente exageraba al decir que te hacia llorar y reír a la vez. Pero no chille a más no poder y me hacia reír como nunca me había reído a lado de un libro.. Es muy muy hermoso.. RECOMENDABLE

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    9. Mi forma de pensar cambio con este libro, no sé si algún día lo superaré, y no amo a Augustus, amo el hecho de que tenga el valor para decir toda la mierda que siente, y para ser él mismo, me indentifco mas con él que con ella, no lo amo por que sé que se me rompería el corazón odio encariñarme con los personajes de este tipo de libros, las citas me encantaron, sigue con esto, y los que no lo han leído SUFRAN

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    10. Te recomiendo el libro "El cielo está en cualquier lugar", me encantó... Y tiene unas frases preciosas! Lo amé, en serio.

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    11. Este libro es genial , john green hace reír y llorar con sus libros " Es gracioso sin tener que ser cruel" , Al escribir hace un equilibrio perfecto ese es el motivo porque sus libros son tan buenos ,Sus Historia son geniales .Se que Bajo la misma estrella es solo un libro ( aunque en parte fue verdad la historia como el lo dijo en alguna ocasión) pero Se merece un final o por lo menos saber que pasa con hazel, Isaac , los padres de gus ¿Podran soportar la perdida de su hijo? bueno solo jonh green sabrá eso , Sin Embargo me Encantaría a
      saber mas de aquello como . Sin duda bajo la misma estrella mi libro favorito.agradezco a la persona que creó esta pagina , me hizo recordar aquella historia que hizo que siguiera leyendo libro de john green. Un Libro que tiene frases geniales , Lo recomiendo

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      1. Dios, yo me quedé con las mismas ganas de un final para Hazel e Isaac que las de Hazel para Sisif, la madre.y el holandés.... Suena muy friki con el libro lo se, lo se. Pero es la verdad, es lo que siento... Me encataria cambiar el final o darles un continuará a Hazel y a Isaac, pero no lo hay... porqué como Van Houten nos enseñó....Son solo personajes ficticios.

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    12. Awww amé cada una de las frases.... soy fan de bajo la misma estrella

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    13. Dios...Que decir? Yo soy una persona que tuvo una enfermedad pero tenia 6años, ya estoy bien. Este libro te cambia la vida... Con cada palabra que lees te dibuja una sonrisa...Hasta que llegas a la pagina que todo fan de BLME sabe...Bueno...
      Este libro me enseñó mucho sobre la vida. Me enseñó que la vida son cuatro días, que el amor existe, que las personas no derian ser olvidadas, que hay gente muy.."gilipollas" en el mundo, pero sobretodo me enseñó que no puedes obligar a alguien a que le dejes de importar. Lo mejor de este libro esta en toda y cada una de las palabras escritas, te deja con esas ganas de un continuará...Pero no lo hay, porqué no todo es Y VIVIERON FELICES Y COMIERON PERDICES.

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    14. Creo q la mejor palabra para definir el libro seria con el sinonimo de la Perfencion,alegada a ese infinito perpetuo d deseos frutrados por la constelacion soñada de estrellas cruzadas enlasadas por moleculas humanas esperando a bajar ubicada bajo una misma para transformase en polvo y espartirse en el universo.

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    15. Alguien me puede decir en que página esta la frase de "El mundo no es una fábrica de conceder deseos"? O sino quien la dice, por favor.
      Gracias

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