10 de julio de 2013

Diez negritos

Titulo: Diez negritos
Autor: Agatha Christie 
Año: 1939 (2013)
Traducido por: Orestes Llorens

Editorial: RBA
Temática: Ficción y Temas Afines
Páginas: 224
ISBN: 978-84-9296-633-2

Sinopsis: Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Mr. Owen, propietario de una lujosa mansión en el lugar a la par que un perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen. Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.

  • En su asiento del vagón de primera clase para fumadores, el juez Wargrave, retirado hacía poco de los tribunales, mordisqueaba su cigarro mientras leía con interés la sección política de The Times.
  • «Mucha gente tiene una firma indescifrable».
  • La idea de adquirir una les parecía muy romántica, hasta que, una vez instalados en ella, se daban cuenta de sus múltiples desventajas y estaban ansiosos por venderla.
  • —En el mar no puede preverse nada —dijo el viejo.
    —Exacto. Nunca se sabe qué nos espera —replicó Mr. Blore, conciliador.
  • ¡El día del Juicio se acerca!
  • «Parece como si tuviera miedo de su sombra», pensó Vera.
  • Diez negritos se fueron a cenar. Uno se ahogó y quedaron: Nueve.
    Nueve negritos trasnocharon mucho. Uno no se despertó y quedaron: Ocho.
    Ocho negritos viajaron por Devon. Uno se escapó y quedaron: Siete.
    Siete negritos cortaron leña con un hacha. Uno se cortó en dos y quedaron: Seis.
    Seis negritos jugaron con una colmena. A uno de ellos lepicó una abeja y quedaron: Cinco.
    Cinco negritos estudiaron derecho. Uno de ellos se doctoró y quedaron: Cuatro.
    Cuatro negritos se hicieron a la mar. Un arenque rojo se tragó a uno y quedaron: Tres.
    Tres negritos se pasearon por el zoo. Un oso los atacó y quedaron: Dos.
    Dos negritos estaban sentados en el sol. Uno de ellos se quemó y quedó: Uno.
    Un negrito se encontraba solo. Y se ahorcó, y no quedó ¡ninguno!
  • Se sentó de nuevo junto a la ventana para contemplar el mar. ¡Qué inmenso era! Desde allí no se veía tierra alguna, sólo el ondulante movimiento del agua azul bajo los rayos del sol poniente.
    El mar, hoy tan sereno..., a veces tan cruel. El mar... que nos atrae a sus abismos.
  • Había algo mágico en una isla, palabra que evocaba toda clase de fantasías. Se perdía el contacto con el mundo. Una isla era un mundo aparte. Un mundo del que tal vez no se volvía jamás.
  • «¿Conque la isla del Negro, eh? —pensó—. Aquí hay gato encerrado.»
  • «Recuerdo haber estado en este lugar de pequeño —pensó—. Nunca hubiese creído que volvería aquí con esta clase de encargo. Quizá sea una suerte que no podamos prever nuestro futuro.»
  • —Qué gracioso —exclamó Vera—. Son los diez negritos de la canción infantil que he visto en un cuadro colgado encima de la chimenea de mi habitación.
  • ¿Quién es Mr. Owen?
  • Una Nancy Owen, es decir, siempre las iniciales U. N. O. Con un poco de imaginación y fantasía puede reconstruirse la palabra inglesa unknown, es decir, «desconocido».
  • Antes de marcharnos deberíamos aclarar este misterio. Parece sacado de una emocionante novela policíaca.
  • —¡En plena vida pertenecemos a la muerte!
  • Sucedió como en las novelas: una carta en un sobre equivocado.
  • «Un ruido pacífico. Un paisaje apacible... —pensó—. La ventaja de una isla consiste en la imposibilidad que tiene el viajero de ir más lejos, como si hubiera llegado al fin del mundo...»
  • Ha muerto de miedo.
  • No saldremos de esta isla. Ninguno de nosotros saldrá de aquí. Éste es el final. ¿Me comprenden...? ¡El final!
  • —Recuerdo un texto que había en un marco colgado en mi cuarto cuando era niña —murmuró miss Brent—: «Ten por seguro que tus pecados te alcanzarán».
  • —¡Callen...! ¡Escuchen! El ruido se repitió. Alguien se movía con sumo tiento y pasos furtivos.
  • Creo que Mr. Owen es uno de nosotros.
  • —No sé nada. No sé nada en absoluto. Y eso es lo que me da miedo. No saber nada de nada.
  • «El Señor vela por los suyos. No temáis los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día...» ¡Estaban en pleno día! ¡La luz alejaba a los fantasmas! «Ninguno de nosotros abandonará esta isla.»
  • Oyó pasos, unos pasos suaves que se deslizaban tras ella.
  • Parecía un pajarillo que acabara de estrellarse contra un cristal y hubiera sido recogido por una mano humana.
  • ¿A quién le tocará ahora? Eso es lo único que importa.
  • Avanzó un paso y la corriente de aire apagó la vela.
    La oscuridad le dio miedo.
    «¡No seas tonta! —se dijo Vera Claythorne—. No ocurre nada. Los demás están abajo. Los cuatro. No hay nadie en mi cuarto. No puede haber nadie. No haces más que imaginarte cosas.»
  • La vela se agotaba. Se aseguró de tener a mano las cerillas y apagó la llama. Cosa rara; la oscuridad redobló su inquietud, su cerebro estaba invadido por temores ancestrales.
  • Alguien se movía en la casa resguardado por las tinieblas.
  • —Una confianza conmovedora, Vera. ¿Por qué está tan convencida de que no la mataré?
    —Hay que confiar en alguien —respondió Vera—.
  • ¡El miedo! ¡Qué cosa más rara!
  • El sol se ocultaba y, por occidente, el cielo se estriaba en bandas rojas y anaranjadas. Todo en la naturaleza respiraba belleza y paz.
  • «Un negrito se encontraba solo.» ¿Cómo terminaba la canción? ¡Ah, sí! «Se casó y no quedó ninguno.»
  • ¡Así de fácil era cometer un crimen! Aunque después te perseguían los recuerdos.
    Subió sobre la silla con los ojos bien abiertos e inmóviles como los de una sonámbula. Se ajustó el nudo corredizo alrededor del cuello.
    Hugo aguardaba a que hiciese lo que tenía que hacer.
    Tiró la silla de un puntapié.

5 comentarios:

  1. Hola! Muy diferente la forma de enfocar la reseña. Los que lo hemos leído lo entendemos, para los que no ha de ser muy inquietante... :D

    Un beso

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  2. Hola! No conocía este libro, pero siempre me han gustado los libros de intriga así que tengo muchas ganas de leerlo.

    Y por cierto, me quedo por aquí:)

    Un beso!

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  3. Aún no me leo nada de Agatha Cristhie, pero sé que le tengo ue poner remedio. Por cierto, hay un libro que me gustó mucho y me parece que tiene frases geniales...Se llama La historia del Amor de Nicole Kraus, la verdad, el título y la portada no convencen nada...jajaj pero lo leí y vaya sorpresa. Tal vez podrías encontrar alguna que otra cosa que te haga pensar y sentir y enamorarte de algún personaje.
    Saludos :D

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    1. ¿Una historia de amor en Nueva York? ¡Me lo apunto! :)

      Saludos!

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  4. Leí ese libro, pero como soy tan horriblemente asustadiza me dio un poco de mal rollo mientras lo leía y estuve "en tensión" hahaha
    Pero al final me gustó e impactó mucho.
    Muy buena reseña, un beso.

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