25 de noviembre de 2013

La vida imaginaria

Titulo: La vida imaginaria
Autor: Mara Torres
Año: 2012 (2012)

Editorial: Planeta
Temática: Ficción Moderna Y Contemporánea
Páginas: 256
ISBN: 978-84-08-04132-0

Sinopsis: ¿Qué pasa por tu cabeza cuando la persona a la que quieres se va? ¿Qué haces con tu vida cuando tienes que pensarla otra vez? ¿Te la inventas? El mundo de Nata se llena de preguntas cuando Beto la deja. Pero el tiempo no se detiene, y los episodios que Nata cuenta de su propia historia la van llevando hacia un lugar donde todo vuelve a ser posible. Novedosa y contemporánea, esta novela tiene el nervio de un relato confesional, divertido y emocionante. Pero, por encima de todo, descubre a Fortunata Fortuna, un personaje fascinante que ha venido al mundo de la ficción para quedarse.

  • La vida es una mierda. Que yo no digo siempre, digo ahora. Que yo no digo que la vida sea una mierda desde que nací, yo digo estos días, estas semanas, estos meses.
  • A mí lo que me gusta imaginar es que un día nos encontramos en una ciudad cualquiera, en una ciudad en la que no vivimos. Tendría que ser una ciudad del extranjero donde no existiera ni una sola posibilidad de encontrarte, donde no te esperara ni tú me esperaras a mí, aunque ya sé que esto último tendría más lógica porque hace bastante tiempo que tú no me esperas...
  • la imaginación es libre, puedo pensar lo que quiera,
  • ¡Su! Qué palabra tan raruna. Sola no dice nada. Como yo. Antes yo también era una «su» y ahora ya no soy nada.
  • —Amor, es sólo por un tiempo. Si nos separamos nos estamos dando la oportunidad de echarnos de menos, de saber qué queremos en la vida.
    «Amor», me dijiste. Amor.
  • Hoy por la noche no podía aguantar más y, antes de dormir, he ido volando con mi cama hasta tu casa y me he presentado allí sin avisar. He entrado por la ventana, he aparcado la cama en tu salón y me he quedado a ver qué hacías.
  • sé que me quieres aunque no estés conmigo.
  • te voy a decir una cosa que no le he dicho hasta ahora a nadie y que te va a dejar muy tranquilo: yo tengo la culpa.
  • Me gustaría borrar todos los «Mejor no» y escribir «Reserva en cualquier sitio a las diez», porque seguro que habría podido estar en cualquier sitio a las diez.
  • No quiero que nunca jamás te sientas solo. Y si lo que necesitas es tiempo, no te preocupes, porque te voy a esperar.
  • «¿Te imaginas que un día me levanto y no hay zumo?»
  • La leche significa que el mundo no está del todo acabado.
  • Incluso puedes tomarte el café tú sola y sentir que la vida es bonita,
  • No quiero vivir en un mundo como éste, donde todo parece establecido y ordenado y no hay espacio para la improvisación. Ésta no es la libertad con la que yo soñaba, la libertad es otra cosa.
  • Pensé que nunca iba a conocer a nadie que me comprendiera, pero de pronto apareciste tú y lo supe, supe que eras tú. No puedo explicarlo, pero te juro que lo sentí cuando te vi la primera vez. Es como si un duende se hubiera acercado a mi oído y me hubiera susurrado: «Es ella.»
  • —Eso es imposible.
    —No hay nada imposible en el mundo, Nata, sólo hay una cosa imposible...
    —¿Qué?
    —Que deje de quererte.
  • Las veces que lo había visto pasar por allí apenas lo había mirado; de hecho, nunca me había fijado en él. Era cuando el mundo era invisible para mí y yo era invisible para el mundo,
  • Es asombroso cómo algunas personas saben lo que ocurre sin que tú tengas que decir nada.
  • Si_no_es_ahora_cuándo... // si_no_eres_tú_quién...
  • me gusta imaginar que un día nos encontramos en Madrid o en cualquier otra ciudad del mundo y nos vamos a tomar un café que se alarga y se alarga mientras hablamos de nosotros.
  • No sé muy bien por qué te escribo esta carta que quizá nunca leas porque no me atreva a enviártela. A lo mejor es sólo para que el tiempo no nos distorsione, para que no cometa la cabronada de hacerme olvidar lo feliz que fui contigo y para que tú tampoco lo olvides.
  • desde que te fuiste eres mi amigo invisible. Voy siempre contigo. No te veo, pero estás. No te toco, pero te llevo a todas partes de la mano.
  • La diferencia es que sabes que alguien te quiere no porque te lo diga, sino porque te lo hace sentir.
  • de repente aparezco en una plaza muy luminosa, una plaza grande y clara, y te veo esperándome con los brazos bien abiertos gritándome: «¡Venga, Nata, ven! ¡Ven conmigo!» Entonces echo a correr hacia ti, me abrazas y siento que ya nada malo puede ocurrir en el mundo.
  • Un día te darás cuenta de que aburrirse con alguien al lado también es bonito. Estar sentada en el sofá con tu pareja delante de la tele no es estar perdiéndote algo que está esperando fuera, Nata, es sencillamente disfrutar de la vida en común.
  • nos besábamos en cada calle, en cada esquina
  • Siempre me flipó la forma que tienes de mirar, de mirar el mundo... y de mirarme a mí.
  • Por este encuentro tan esperado y tan inesperado.
  • Qué jodido el tiempo. Todo lo cura.
  • Nunca me habría imaginado que las piedras dijeran algo.
  • Soy un personaje literario. ¡Lo que siempre he soñado!
  • Por eso te he esperado todo este tiempo, porque sabía que ibas a volver a buscarme.
  • Amor es más, es mucho más. Es que se te haga grande el corazón para abarcar a la otra persona, pero no sabes hasta qué punto, Nata, no puedes ni imaginártelo.
  • tú me hiciste creer que la vida podía ser maravillosa y, en parte, sentirme ahora como me siento también te lo debo a ti.
  • cuando uno está enamorado se convierte en un panoli.
  • Caminamos un par de horas hasta llegar al claro de una pradera, donde extendimos unas esteras y nos pasamos la tarde tirados y mirando las nubes
  • —¡Beto! ¿Qué estás haciendo aquí?
    —¿Crees que sólo tú eres capaz de volar con la cama?
  • es mucho mejor de lo que nunca habría podido imaginar.
  • Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.
  • no es fácil que alguien consiga removerte el corazón cuando lo tienes a prueba de bombas atómicas.
  • Antes de salir de casa he batido un poco de detergente con agua y me he hecho una pompa de jabón para ir a currar.
  • no puedes imaginarte las ganas que tenía de verte
  • Nosotros, qué palabra tan bonita.
  • He cogido la palabra «mar» y la he pegado después de la letra «a»: «a-mar» y, como si hubiera hecho una travesura, he huido al salón a tomarme el desayuno cerca de la ventana.
  • Todo lo que rozaba y todos los lugares por los que había ido pasando dejaban de ser reales y se convertían en dibujos animados coloreados de rosa. Alucinante.
    Es lo que tiene empezar a enamorarse, que una cree que el mundo está envuelto en un absurdo papel de celofán.
  • el amor al principio parece un delfín inofensivo, pero en realidad es un tiburón que acaba comiéndote primero los pies y luego las piernas, el corazón y la cabeza. Un tiburón que no deja nada de ti...
  • —Entonces un día apareciste tú. Cuando ya no lo esperaba, te encontré a ti.
  • fue como si aquella mañana se iluminara para mí. Estabas perdida entre un montón de gente, pero te encontré. Te miré y te juro, Nata, que había luz.
  • —¿Te imaginas que no existo?
  • Los recuerdos tienen que estar allí, no aquí, así que hay que expulsarlos, llevarlos a esa otra parte, porque en ésta ya no nos sirven para nada, solamente nos entorpecen. Pertenecen a quienes nosotros éramos antes pero no somos ahora...
  • Los barrotes que toco con las llaves se vuelven rosas con el tintineo. Ha desaparecido el gris del mundo que me rodea.
  • Esta mañana me he despertado temprano y, no sé por qué, he abierto la ventana de par en par.
    Y de repente...
    He ido corriendo a por el móvil, he hecho una foto y le he dado al botón de enviar.
    «Mauro, ¡mira! El pruno está en flor.»

3 comentarios:

  1. yo acabo de terminar mi reseña luego la publico

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  2. Pues... a mi este libro no me gustó. Me costó horrores de hecho terminarlo
    Besos

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  3. La verdad es que lo gané en un sorteo
    pero aún no me animo.
    Un beso.

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