El Señor de los Anillos

Titulo: El Señor de los Anillos, I
Autor: J.R.R. Tolkien
Año: 1954 (2010)
Traducido por: Luis Domènech

Editorial: Minotauro
Temática: Fantasía
Páginas: 488
ISBN: 978-84-450-7791-7

Sinopsis: En la adormecida e idílica Comarca, un joven hobbit recibe un encargo: custodiar el Anillo Único y emprender el viaje para su destrucción en las Grietas del Destino. Consciente de la importancia de su misión, Frodo abandona la Comarca e inicia el camino hacia Mordor con la compañía de inesperada de Sam, Pippin y Merry. Pero sólo con la ayuda de Aragorn conseguirán vencer a los Jinetes Negros y alcanzar el refugio de la Casa de Elrond en Rivendel.

• un anillo de oro que hacía invisible a quien lo usaba. Era lo único que amaba, su «tesoro» y hablaba con él aunque no lo llevaba consigo.
• Cuando el señor Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado anunció que muy pronto celebraría su cumpleaños centesimodecimoprimero con una fiesta de especial magnificencia, hubo muchos comentarios y excitación en Hobbiton.
• Es mío. Yo lo encontré. Él vino a mí.
• A veces me parecía un ojo que me miraba. Siempre tenía ganas de ponérmelo y desaparecer, ¿sabes?
• hasta los más sordos y los más sedentarios comenzaron a oír cuentos extraños,
• Lo que vio era un olmo, lo más probable.
  —Pero éste caminaba,
• Mis dudas se echaron a dormir, pero con un sueño intranquilo.
• Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
  un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
• Siempre después de una derrota y una tregua, la Sombra toma una nueva forma y crece otra vez.
• Todo lo que podemos decidir es qué haremos con el tiempo que nos dieron. Y ya, Frodo, nuestro tiempo ha comenzado a oscurecerse.
• Así que no hace otra cosa que buscarlo y buscarlo, incesantemente. Vive de esa esperanza, y esa esperanza es nuestro temor.
• ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.
• el peligro está ahora delante y detrás de ti, y a cada lado.
• un consejo es un regalo muy peligroso, aun del sabio al sabio,
• —El coraje se encuentra en sitios insólitos —dijo Gildor—. Ten fe.
• Los atajos cortos traen retrasos largos;
• El viento traía un lamento prolongado, como el llanto de una criatura solitaria y diabólica.
• «¡Los Jinetes Negros!», pensó Frodo despertando y con el golpeteo de los cascos resonándole aún en la cabeza.
• Te queda mejor la mano desnuda.
• Hay una semilla de coraje oculta (a menudo profundamente, es cierto) en el corazón del más gordo y tímido de los hobbits, esperando a que algún peligro desesperado y último la haga germinar.
• Ha metido usted la pata. ¿O tendría que decir el dedo?
• No es oro todo lo que reluce,
  ni toda la gente errante anda perdida;
  a las raíces profundas no llega la escarcha;
  el viejo vigoroso no se marchita.
  De las cenizas subirá un fuego,
  y una luz asomará en las sombras;
  el descoronado será de nuevo rey,
  forjarán otra vez la espada rota.
• Soy Aragorn hijo de Arathorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, así lo haré.
• el caballo se detuvo y dio media vuelta relinchando furiosamente. Había Nueve Jinetes allí abajo, junto al agua,
• Frodo vio confusamente que el río se elevaba, y que una caballería de olas empenachadas se acercaba aguas abajo.
• Hay muchos poderes en el mundo, para el bien y para el mal. Muchos de ellos son más grandes que yo.
• El Señor del Anillo no es Frodo, sino el amo de la Torre Oscura de Mordor, ¡cuyo poder se extiende otra vez sobre el mundo!
• La ropa blanca puede teñirse. La página blanca puedes cubrirla de letras. La luz blanca puede quebrarse.
• Sin embargo, aun las arañas más hábiles pueden dejar un hilo flojo.
• La verdad se oculta a veces en la mentira.
• El valor necesita fuerza ante todo, y luego un arma.
• Basta desear el Anillo para que el corazón se corrompa.
• nada es malo en un principio. Ni siquiera Sauron lo era.
• sólo desesperan aquellos que ven el fin más allá de toda duda.
• Es sabiduría reconocer la necesidad, cuando todos los otros cursos ya han sido considerados,
• Bueno, ¡que la locura sea nuestro manto, un velo en los ojos del Enemigo!
• —Yo llevaré el Anillo —dijo—, aunque no sé cómo.
• —Desleal es aquel que se despide cuando el camino se oscurece
• El lobo que se oye es peor que el orco que se teme.
• Hay criaturas más antiguas y horribles que los orcos en las profundidades del mundo.
• ¡Tuk estúpido! —gruñó el mago—. Éste es un viaje serio, y no una excursión hobbit. Tírate tú mismo la próxima vez, y no molestarás más.
• No podemos salir. El fin se acerca, y luego tambores, tambores en los abismos. Me pregunto qué será esto. Las últimas palabras son un garabateo arrastrado en letras élficas: están acercándose.
• —No puedes pasar —dijo. Los orcos permanecieron inmóviles, y un silencio de muerte cayó alrededor—. Soy un servidor del Fuego Secreto, que es dueño de la llama de Anor. No puedes pasar. El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra! No puedes pasar.
• —¡Huid, insensatos! —gritó, y desapareció.
• La pena los dominó a todos al fin, y lloraron: algunos de pie y en silencio, otros caídos en tierra. Bum, bum. El redoble se apagó.
• aunque la luz traspasa de lado a lado el corazón de las tinieblas, el secreto de la luz misma todavía no ha sido descubierto.
• y aquí mi corazón vivirá para siempre, a menos que encontremos una luz más allá de los caminos oscuros que todavía hemos de recorrer, tú y yo.
• El trabajo que nunca se empieza es el que más tarda en terminarse,
• Hoja y rama, agua y piedra: tienen el color y la belleza de todas esas cosas que amamos a la luz del crepúsculo en Lórien, pues en todo lo que hacemos ponemos el pensamiento de todo lo que amamos.
• Las estaciones del año no son más que ondas que se repiten una y otra vez a lo largo de la corriente.
• Había un ojo en la Torre Oscura, un ojo que no dormía; y ese ojo no ignoraba que él estaba mirándolo.
• —¡Sálveme, señor Frodo! —jadeó Sam—. Estoy ahogándome. No le veo la mano.
• Luego, cargando al hombro los bultos partieron en busca de un sendero que los llevara por encima de las colinas grises de Emyn Muil, y descendiera internándose en el País de la Sombra.

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Una novela épica, que empieza como un cuento mágico, pero a medida que pasan las páginas, el anillo empieza a apretar.

4/5

Lo mejor: El mundo que recrea Tolkien.

Lo peor: Denso; lento.

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